En Otxartaga sabemos perfectamente que contar con una buena red de apoyo social que refuerce la integración social de las personas, mejora la calidad de vida. Por eso en nuestro centro de la tercera edad trabajamos mucho esta esfera de nuestros usuarios y residentes mayores. Sin embargo, en la actualidad el aislamiento social en el adulto mayor supone un lastre que debemos eliminar en nuestra sociedad. Pues ello redundará en un población anciana más feliz y sana.
Contenidos
- 1 LA SOLEDAD Y EL AISLAMIENTO DE LOS ADULTOS MAYORES: UNA PROBLEMÁTICA SOCIAL
- 2 FACTORES QUE INCIDEN EN EL AISLAMIENTO SOCIAL DE LOS MAYORES
- 3 LOS EFECTOS DEL AISLAMIENTO SOCIAL EN LOS ADULTOS MAYORES
- 4 CÓMO COMBATIR EL AISLAMIENTO SOCIAL DE LOS MAYORES
- 5 CONSEJOS PARA REACTIVAR LA INTEGRACIÓN SOCIAL DE LOS MAYORES
- 6 LAS CONSECUENCIAS DEL CONFINAMIENTO SOCIAL DURANTE LA PANDEMIA DEL COVID-19 EN LOS ADULTOS MAYORES
- 7 CONCLUSIÓN
- 8 REFERENCIAS CONSULTADAS
LA SOLEDAD Y EL AISLAMIENTO DE LOS ADULTOS MAYORES: UNA PROBLEMÁTICA SOCIAL
La soledad y la marginación social es un mal que aqueja a un gran porcentaje de las personas mayores de 65 años en nuestro país. Especialmente a las mujeres, por su más larga esperanza de vida y a las personas que son viudas. La propia organización Mundial de la Salud alerta sobre este fenómeno social que termina convirtiéndose en un problema de salud pública.
Y es que el aislamiento social en el adulto mayor, sin duda, genera muchos estragos en su salud física, cognitiva y emocional. Con lo cual, la atención sanitaria que demandan resulta mucho mayor que la que presentan los individuos con un red de apoyo emocional.
Sin embargo, conviene aclarar previamente que el concepto de soledad es muy subjetivo y no tiene que implicar una connotación negativa. Todo depende de si la soledad que se padece es buscada o involuntaria. En este último caso, es cuando se convierte en un tormento y provoca todo un cúmulo de efectos negativos para la salud del adulto mayor. Por su parte, el aislamiento social se produce cuando la persona carece de una red social con la cual interactuar.
De esta situación personal nace el síndrome de la soledad. Un estado psicológico tendente a la depresión y la pérdida de ilusiones que carcome la vitalidad de las personas y potencia la aparición de deterioro cognitivo y la deficiencia inmunitaria.
La comprensión de este hecho entronca con la misión social que detentan los centros para personas mayores, como es el caso de nuestra residencia. Pues este tipo de centros tiene como función promocionar el envejecimiento activo y saludable no solo desde los cuidados, sino también desde la participación de los mayores en la sociedad.
FACTORES QUE INCIDEN EN EL AISLAMIENTO SOCIAL DE LOS MAYORES
En los últimos tiempos se ha venido observando cómo la falta de vida social se produce con bastante frecuencia durante la etapa del envejecimiento. De hecho, es considerable el número de personas mayores que viven solas en sus hogares. Principalmente en el caso de los ancianos de más de los 80 años, siendo la población femenina la más afectada por esta circunstancia, ya que su longevidad es mayor que la de los hombres. Así, el 25% de las personas octogenarias admiten sentirse solas.
Lo cierto es que el periodo de vida de la vejez trae consigo muchos cambios indeseados y circunstancias difíciles. La probabilidad de vivir la pérdida de seres querido es mayor, de ahí que haya tantos ancianos viudos. En este contexto, socializar, compartir tiempo y espacio con otros no es tan asequible como en otros periodos.
Asimismo, el nivel de vida puede verse afectado por el descenso de los ingresos económicos una vez jubilados. La salud se vuelve más frágil y las situaciones de incapacidad y dependencia son una enemigo real. La vida en las ciudades no está adaptada a las necesidades de los mayores. Las dinámicas familiares son más complejas y se ha perdido el espíritu de clan y de pertenencia
Estos factores personales y ambientales suponen una amenaza para la interacción social de los mayores y para su autoestima. Lo que les lleva a marginarse sin quererlo. A ello hay que sumarle los prejuicios sociales sobre el envejecimiento y las personas mayores. Hablamos de la llamada gerontofobia o el edadismo.
Así, se considera a los ancianos como una carga social, personas improductivas, molestas, obsoletas, sin aficiones ni necesidades. Esta concepción social tan desfavorable hace mella en el autoestima de muchos mayores y puede empujarlos a recluirse más, para evitar críticas externas.
LOS EFECTOS DEL AISLAMIENTO SOCIAL EN LOS ADULTOS MAYORES
El impacto que provoca la soledad y el aislamiento social en el adulto mayor se manifiesta en todas las esferas de su salud. En este sentido, la carencia de relaciones sociales de las personas conlleva una reducción de años de vida, similar a la que produce el tabaquismo, el alcoholismo o el sedentarismo. Con esta comparación ya podemos hacer una idea clara de cuán nefasto es el aislamiento social de los mayores y qué riesgos entraña para su salud.
A nivel físico, las enfermedades de todo tipo, muchas de ellas crónicas, merman su autonomía personal y sus capacidades de realizar actividades de la vida diaria. A ello hay que añadir las discapacidades sensoriales, especialmente la auditiva, que profundizan más su aislamiento social.
Al mismo tiempo, la falta de vida social provoca que la persona caiga en cuadros de abulia o disforia que le lleven al sedentarismo. Así pues, la ausencia de actividad física en edades avanzadas supone un factor de riesgo que disminuye el bienestar y la calidad de vida de los mayores.
En cuanto a la salud mental, los adultos mayores presentan un mayor riesgo de padecer depresión, problemas de insomnio o deterioro cognitivo. Pero, sin duda, el aislamiento social intensifica más la posibilidad de sufrir este deterioro cognitivo, dado la ausencia de estímulos que le permitan reforzar las funciones mentales o neuronales.
Así las cosas, el no tener con quien compartir el tiempo repercute nocivamente en el estado emocional de cualquier persona y puede llevarla al auto-abandono. Lo que se traduce en una vida deficitaria, llena de angustia y sin sentido. Y una persona que ya no tiene ilusiones o un proyecto de vida por el que levantarse cada día, está condenada a morir antes de tiempo.
CÓMO COMBATIR EL AISLAMIENTO SOCIAL DE LOS MAYORES
Precisamente, a fin de reducir el aislamiento social en el adulto mayor y evitar sus estragos, en Otxartaga ofrecemos un espacio de convivencia para el colectivo de personas mayores. Tanto si desean vivir en nuestras instalaciones, como si son usuarios externos de nuestro centro de día.
En efecto, en Otxartaga disponen de un espacio de punto de encuentro donde fomentar sus relaciones personales. Y no solo con otras personas mayores, sino con toda la comunidad. Pues uno de nuestro mayores objetivos sociales es comunicar nuestro centro con toda la sociedad. Es por ello que organizamos excursiones, eventos intergeneracionales, participaciones sociales con otras entidades y motivamos a las familias de los residentes o usuarios a que se impliquen en todos nuestros proyectos.
Asimismo, aparte de los cuidados y atención sociosanitaria, les brindamos todo un abanico de actividades psicosociales y psicomotrices que incrementen su salud integral. Porque, por nuestra experiencia profesional, sabemos que una parte fundamental del envejecimiento saludable depende de la integración social de nuestros usuarios.
De este modo, promovemos mucho las actividades grupales y la motivación interna de nuestros mayores. Ello supone una gran apoyo para su autoestima y la asunción de un nuevo propósito de vida. Ambas cosas generarán un impacto positivo en la salud orgánica y psicoemocional del adulto mayor.
CONSEJOS PARA REACTIVAR LA INTEGRACIÓN SOCIAL DE LOS MAYORES
En este aspecto, resulta imprescindible trabajar con nuestros mayores y no simplemente idear actividades para ellos. Es decir, conocer sus trayectorias vitales, sus inquietudes, sus aficiones, sus expectativas y sus necesidades. Y, por supuesto, debemos aplicar mucha inteligencia emocional a la hora de realizar intervenciones psicosociales con ellos. Pues, no son pocos los casos en que debemos inyectarles motivación, para que vuelvan a retomar su participación social y su implicación en su propio bienestar.
Por ello, las actividades psicosociales y las terapias grupales son herramientas espléndidas para proporcionarles mejoras en su salud, potenciar su autonomía personal y fomentar su integración social. Pero siempre y cuando estos programas de intervención cuenten con el beneplácito de los mayores y respeten su personalidad y sus decisiones.
Asimismo, involucrar al adulto mayor en proyectos sociales, dentro y fuera de nuestro centro, y proponerles actividades donde se sienta útil, resulta indispensable.
Nada motiva más a las personas que saber que ponen su talento, su experiencia y su tiempo al servicio de los demás. Así como sentir que los otros valoran su compañía y su labor les ayuda a aumentar su bienestar personal y sus ganas de crear puntos de encuentro con otras personas.
¿El resultado de esta forma de proceder? Que la motivación para mantener un envejecimiento activo y una actitud abierta a nuevos estímulos se activan. En suma, cuanto más cómodos, respetados y valorados se sientan en su entorno, más disfrutarán de la vida social y más trabajarán por sentirse sanos. Y esa es la premisa que rige nuestra labor sociosanitaria y psicosocial en el centro Otxartaga.
LAS CONSECUENCIAS DEL CONFINAMIENTO SOCIAL DURANTE LA PANDEMIA DEL COVID-19 EN LOS ADULTOS MAYORES
Finalmente, nos gustaría hacer una breve mención a las consecuencias negativas derivadas de la pandemia del Covid-19 en el colectivo de la tercera edad. Y es que el miedo generalizado que envuelve a esta situación crítica y la necesidad de evitar contagios, incita a muchas personas a permanecer encerradas. Lo cual está impactando de forma nefasta en el bienestar de muchos ancianos, especialmente en aquellos que viven solos.
Así, con el distanciamiento social obligado y la necesidad de confinarse en sus domicilios, el aislamiento social en el adulto mayor se acrecentan. Ello lo hace más vulnerable a la aparición de nuevas enfermedades, los estados depresivos y la involución de muchas de sus capacidades funcionales. En consecuencia, su estado de salud general empeora y se recrudece su fragilidad ante el ataque del virus.
Por tanto, estamos ante una situación aciaga circular: los mayores son el colectivo diana de esta pandemia y para evitar el peligro, se recluyen en sus casas. Pero el confinamiento afecta sobremanera a su bienestar y merman su sistema inmunológico.
Ante esta circunstancia, nuestro mejor consejo es que acudan a centros de día donde puedan relacionarse con otras personas. Estos son espacios seguros, higiénicos y atendidos por profesionales sociosanitarios, lo cual garantizan su protección física. Por otro lado, se recomienda que mantengan el contacto con los familiares o allegados, aunque sea de forma telemática.
CONCLUSIÓN
Todavía se desconoce la magnitud del efecto adverso que tendrán las medidas preventivas en la salud mental y emocional de las personas. Pero todo señala a que sus consecuencias serán una cuestión de salud pública. Y es que de lo que sí existen confirmaciones es de los perjuicios que ocasiona la falta de vida social. Consecuencias que se redoblan cuando la víctima pertenece a la tercera o cuarta edad, ya que interactúan con factores previos que potencian el aislamiento social en el adulto mayor.
Con todo, las residencias y centros de días para mayores seguiremos ejerciendo un rol fundamental en la promoción del envejecimiento satisfactorio y de la integración social de los mayores. Esa es nuestra razón de ser principal y la directriz que guía nuestra labor de servicio comunitario. A saber, que nuestros mayores dispongan de autonomía personal y un propósito de vida hasta donde su salud lo permita.
REFERENCIAS CONSULTADAS
- Arranz, L. & alt. (2009). El aislamiento social durante la vejez empeora el deterioro cognitivo, conductual e inmunitario. Revista Española de Geriatría y Gerontología, 44(3). Recuperado de https://www.elsevier.es/es-revista-revista-espanola-geriatria-gerontologia-124-pdf-S0211139X09000274
- Giménez Rodríguez, S. (2020). Covid-19 y personas mayores: ¿puede influir el aislamiento social en la enfermedad? Recuperado de https://theconversation.com/covid-19-y-personas-mayores-puede-influir-el-aislamiento-social-en-la-enfermedad-137517
- Rodríguez Martín, M. (2009). La soledad en el anciano. Gerokomos, 20(4). Recuperado de http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1134-928X2009000400003
Redactora creativa. En la Universidad de Vigo obtuve un título en Economía, en la Escuela Elisava de Barcelona cursé un posgrado en Creatividad y Publicidad, y entre libros y talleres de escritura creativa aprendí a escribir. Trato de enfocarme en lo que marcas y clientes buscan, aportando mi estilo, trato de hacer llegar el mensaje de marcas y clientes a los lectores.
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