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Nuestra experiencia profesional lidiando con la crisis del covid-19
Pocas personas como los profesionales de los centros geriátricos han presenciado tan de cerca la angustia y el estrés durante el estado de crisis sanitaria. En la residencia de ancianos y centro de día Otxartaga, no sólo hemos tenido que doblar los cuidados a nuestros residentes y atender a sus familiares.
Hemos tenido que trabajar con y para uno de los colectivos de mayor riesgo, nuestros amados ancianos. Manteniendo la calma en el epicentro de la tormenta epidémica y del pánico.
A nuestro propio estrés, miedos e incertidumbre personal, hemos añadido los perjuicios laborales, de nuestros residentes y de sus familiares. ¡No ha sido una tarea nada fácil! Hemos tenido que entregar nuestro 150 % y sacar fortalezas de nuestras flaquezas.
¡Pero todo tiene su recompensa! la nuestra, saber que nuestros residentes están sanos y el haber recibido el apoyo y cariño de nuestra gente. Los propios residentes, los familiares, nuestra comunidad,… Todos han sido conscientes de nuestra labor y han colaborado todo lo que han podido.
Precisamente, sabemos que tras el alivio de comenzar la desescalada social, aparecerán las primeras consecuencias. Porque, como aseveran desde la OMS: «El aislamiento, el miedo, la incerteza, el caos económico,… Todo ello causa o puede causar sufrimiento psicológico».
Devora Kestel, directora del departamento de salud mental de la OMS confirmaba las consecuencias mentales negativas de la crisis sanitaria. Asegurando que el número y la gravedad de las enfermedades psicológicas han aumentado desde la crisis. Lo que demuestra que el daño que no ha causado la pandemia en la salud física de los ciudadanos, lo ha provocado en la salud mental.
Desde nuestra residencia geriátrica Otxartaga queremos ayudaros a superar los estragos propiciados por esta pandemia. Con una serie de recomendaciones que esperamos sirvan de medidas para mejorar vuestra salud y bienestar.
Cómo nos ha afectado esta pandemia
La pandemia provocada por el coronavirus nos ha alterado hasta límites insospechados. Y es que, más allá de la alarma que supuso para nuestra salud biológica, hemos experimentado una epidemia emocional y social. Por tanto, si comprendemos que nuestra salud se concibe como un proceso biopsicosocial, el impacto de esta pandemia también lo es.
Porque a la amenaza a nuestra salud física se unió la ansiedad generalizada de todo nuestro entorno. Lo cual es connatural a toda epidemia, ya que ésta implica un riesgo sanitario social.
Pero la cuestión radica en que, por un lado, hemos experimentado muchas alteraciones personales, inducidas por el confinamiento. Nos referimos principalmente a cambios de rutinas, estilo de vida, libertad de movimiento, privación de afectos y vida social, etc. Lo que, sin duda, afectó mucho a la estabilidad mental y emocional.
Pero, al mismo tiempo, la crisis sanitaria ha suscitado una alarma social de gran envergadura. Donde la psicosis colectiva, el miedo, la crítica, las restricciones masivas han configurado una especie de estado de sitio emocional. En gran medida promovido por los medios de comunicación y las redes sociales, así como por algunas actuaciones de orden público.
Ante este panorama de difusiones emocionales masivas concentradas en tan poco tiempo, es lógico que como ciudadanos nos sintamos desconcertados. Y también desconfiados, vulnerables y con estrés postraumático.
Porque al igual que un corredor que mientras está en plena maratón no es consciente del gran esfuerzo físico que realiza. Y será en las horas posteriores que su cuerpo se resienta y emerja todo el dolor de su sacrificio físico. De la misma manera, las personas en medio de esta epidemia hemos sentido estrés, ansiedad, agobio, miedo; pero será ahora, tras el post confinamientos que el cuerpo y la mente se relajan y exteriorizan toda la presión vivida.
Cómo afrontar la nueva normalidad
Por ende, cabe esperar que con la desescalada y la vuelta a la normalidad, sentiremos todas las consecuencias de la cuarentena. A las que se adhieren los consecuencias sociales de esta pandemia: crisis económica, cambios de comportamientos sociales,… Y el seguir sintiendo que no podemos bajar la guardia; porque el virus aún no ha sido vencido y la amenaza de un rebrote sigue latente.
Por eso, resulta vital hacernos conscientes de nuestras emociones y tratar de atenderlas para que no nos genere mayores repercusiones.
La vuelta a la normalidad tras la crisis sanitaria del Covid-19 no va a ser un regreso como tal. Más bien, ante nosotros se abre una nueva realidad, con nuevos escenarios y muchos cambios. De ahí que más que nunca sería conveniente mostrarnos flexibles, abiertos a los cambios, e intensificar nuestra adaptabilidad y capacidad de resiliencia.
Por ende, se abra ante nosotros y nuestra vida social un antes y un después de la aparición del Covid-19.
Ahora bien, ¿cómo podemos sentirnos fuertes, preparados para tantas situaciones nuevas si arrastramos tanto estrés y desgaste físico y mental?
Desde nuestros profesionales tanto psicosociales como sociosanitarios en general, queremos compartiros unas recomendaciones para ayudaros a abrazar la vida post confinamiento. Se trata de consejos humildes, pero que han sido aplicados por nuestro equipo de trabajo en la residencia Otxartaga para sobrellevar la cuarentena.
Durante este confinamientos pudimos redescubrir los beneficios de sabernos parte de una sociedad
Recomendacines para afrontar el post-confinamiento
Primera recomendación. Insertarnos a la vida social de forma paulatina, aplicando cambios y manteniendo las medidas preventivas instadas por las autoridades. De este modo, gracias a ser cautelosos, saldremos a la calle con mayor confianza. Porque de lo que se trata es de deshacernos del miedo social.
Segunda recomendación. Vigila tus emociones y estados de ánimo. Si te sientes deprimido, ansioso o desbordado por todo lo vivido, acéptalo y solicita ayuda profesional si es necesario. Pero nunca intentes tapar tus emociones con sustancias adictivas —psicofármacos sin recetas, drogas, etc.
Tercera recomendación. Siéntete como protagonista de esta historia y toma responsabilidad en ella. No niegues ni reniegues de todo lo pasado.
Cuarta recomendación. Si bien las situaciones de crisis exacerban las emociones humanas básicas, que éstas no solo sean el miedo, la ira o la tristeza. También son emociones básicas la alegría, la solidaridad y la sabiduría —o el deseo por saber, por tener información para actuar en consecuencia. Céntrate en estas últimas. Este es un buen método para alejarte del alarmismo y el sensacionalismo social.
Quinta recomendación. Valora lo que tienes: desde tu salud hasta tus redes sociales de apoyo, tus necesidades básicas cubiertas, etc. Por ejemplo, tal vez vengan tiempos económicos difíciles, pierdas el trabajo o tengas que trabajar de forma diferente. Pero más que verlo como un obstáculo, afróntalo como un reto que te permite crecer, reinventarte y rediseñar tu vida.
Sexta y última recomendación. Valora tu tiempo. Si algo nos enseñó esta cuarentena es a disponer de tiempo para nosotros mismos y para nuestra familia. El cambio más positivo que se vislumbra tras esta pandemia es la opción de implementar momentos de calma.
Conclusión
Durante este confinamientos pudimos redescubrir los beneficios de sabernos parte de una sociedad, al tiempo que destinamos tiempo para nuestra intimidad. Y ello nos hermana con la vida y eleva nuestras emociones positivas.
Son muchos los consejos y recursos que tenemos a nuestra disposición para combatir el estrés postraumático que nos ha dejado esta pandemia. De momento, os hemos compartido algunos de ellos. Pero el equipo de la residencia de mayores Otxartaga estamos comprometidos a ayudaros a transitar esta etapa complicada y compleja. Así que seguiremos cuidando de vosotros y de vuestra salud, como lo hacemos con nuestros ancianos, con más informaciones útiles.
Porque estamos seguros de que compartiendo tiempo, experiencias y consejos saludables, entre todos podemos salir adelante. Y es que, esa es una de las grandes lecciones que se aprende trabajando y conviviendo con las personas mayores.
Redactora creativa. En la Universidad de Vigo obtuve un título en Economía, en la Escuela Elisava de Barcelona cursé un posgrado en Creatividad y Publicidad, y entre libros y talleres de escritura creativa aprendí a escribir. Trato de enfocarme en lo que marcas y clientes buscan, aportando mi estilo, trato de hacer llegar el mensaje de marcas y clientes a los lectores.
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