Fieles a nuestro compromiso de mantenernos en constante aprendizaje, en estos días, parte del personal de nuestro centro ha asistido a una nueva formación. Se trataba del curso sobre «El futuro de los cuidados de larga duración», organizado por la UIK y la Diputación Foral de Bizkaia. Y es que los cuidados de larga duración están en pleno proceso de transformación y revisión, abriéndose a nuevos paradigmas de cuidados. Por eso hoy profundizaremos sobre los nuevos modelos de cuidados de larga duración, sus desafíos y nuestra implicación con ellos.
Contenidos
- 1 ASISTIMOS AL CURSO DE VERANO «EL FUTURO DE LOS CUIDADOS DE LARGA DURACIÓN»
- 2 UNA APROXIMACIÓN A LOS CUIDADOS DE LARGA DURACIÓN
- 3 LA ATENCIÓN CENTRADA EN LA PERSONA COMO MODELO DE ATENCIÓN GERIÁTRICA
- 4 LOS DESAFÍOS SOCIALES DE LOS CUIDADOS DE LARGA DURACIÓN
- 5 LA RESIDENCIA OTXARTAGA IMPLICADA CON LAS NUEVAS PERSPECTIVAS DE CUIDADOS Y ENVEJECIMIENTO
- 6 REFERENCIAS CONSULTADAS
ASISTIMOS AL CURSO DE VERANO «EL FUTURO DE LOS CUIDADOS DE LARGA DURACIÓN»
Como profesionales, siempre estamos en formación continua para mejorar la calidad de nuestros servicios y de los cuidados que otorgamos a las personas mayores. Por eso, el pasado 10 y 11 de junio hemos asistido al curso de verano, organizado por la UIK con apoyo de la Diputación Foral de Bizkaia, sobre la prospectiva en torno a los cuidados de larga duración. Un tema que nos resulta de obligada actualización porque siempre está en constante revisión, ya que va a la par de la transformación de la sociedad. Y en Otxartaga siempre intentamos que nuestros servicios de atención geriátrica se mantengan en permanente evolución y mejora.
Y es que nunca antes las sociedades han incrementado tanto su longevidad: la esperanza de vida no para de rebasarse. Pero, este aumento de los años de vejez viene acompañado de numerosos síndromes geriátricos y serios desafíos de salud. Especialmente en cuanto a enfermedades neurodegenerativas, con la enfermedad de Alzheimer a la cabeza, así como otras muchas demencias. Mas también existen otros aspectos socioculturales que golpean al colectivo de las personas mayores y que es menester atender con rapidez, como la soledad no deseada o el aislamiento social.
Con todo, más allá de las innegables problemáticas sanitarias y sociales que devienen con la edad avanzada; también es verdad que hoy las personas mayores enfocan sus décadas de jubilación y envejecimiento con más inquietudes y ganas de disfrutar de la vida. Desean mantener activo ese proyecto vital que ha marcado la trayectoria de su vida; incluso hay mayores que ven la llamada tercera edad como una etapa donde por fin pueden dedicar tiempo a su desarrollo personal y a un ocio productivo y enriquecedor.
Aspectos, todos ellos, que debemos tener en cuenta los profesionales sociosanitarios y especializados en geriatría y gerontología a la hora de ofrecer nuestros servicios.
UNA APROXIMACIÓN A LOS CUIDADOS DE LARGA DURACIÓN
Del contexto gerontológico actual parte la idea de que los cuidados de larga duración deben estar conformados por una atención centrada en la persona y una promoción de la autonomía personal hasta sus máximos límites. Es decir, ya no basta con ofrecer unos cuidados instrumentales y meramente asistenciales a las personas en situación de dependencia.
Ahora, la labor primordial de los profesionales de geriatría, e incluso de los cuidadores informales, es promover y salvaguardar la calidad de vida de las personas ancianas o dependientes.
¿Y qué significa ello? Pues que los cuidados deben apoyar el desarrollo personal de estos adultos. Que las situaciones de vulnerabilidad y dependencia por las que pasen las personas de edad avanzada no deben desempoderarlas y volverlas sujetos pasivos. Porque entonces, por muy eficientes que sean los cuidados y la asistencia sanitaria, quedarían sin atender sus necesidades psicológica, emocionales y sociales.
Y es que pensemos que, gracias a los avances médicos, muchas enfermedades pueden acompañar al paciente geriátrico durante muchos años. Por tanto, cuando hablamos de nuevos enfoques en la atención a los cuidados de larga duración, hay que contemplar varios puntos:
- La historia de vida de la persona, para ofrecer una rutina de cuidados que no sea disruptiva con ella.
- Una atención integral personalizada, que tenga en consideración las necesidades, expectativas, decisiones y deseos de la persona mayor.
- Un servicio de atención integral de larga duración que se adapte a la evolución de la persona mayor, pero cuya estrella polar sea fomentar la consolidación de su proyecto de vida. Porque mantener encendido ese proyecto vital será lo que motive a la persona mayor a tener una actitud proactiva; a pesar de las limitaciones físicas, funcionales, mentales o cognitivas que vayan acaeciendo.
- Tener presente que las personas mayores poseen derechos y se merecen una atención y cuidados éticos y respetuosos.
LA ATENCIÓN CENTRADA EN LA PERSONA COMO MODELO DE ATENCIÓN GERIÁTRICA
Indudablemente los cuidados de larga duración deben seguir un modelo de atención centrado en la persona. Lo que significa dar soluciones personalizadas e integrales a cada mayor o dependiente —y a sus familias—. Así como atender no solo a sus necesidades sociosanitarias, sino a sus intereses personales y preservar su dignidad. Lo cual implica directamente una atención ética y de respeto a sus derechos fundamentales como individuos, que los dignifique como personas con voz y protagonistas de su propia existencia.
En este sentido, según el manifiesto elaborado por la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) y la Real Academia Nacional de Medicina (RANM), nuestra sociedad debe optar por unos cuidados de larga duración globales. Es decir, basados en un modelo de «atención centrado en la persona, con integración de servicios sanitarios y sociales; y con apoyo a los casos complejos desde servicios de Geriatría hospitalarios o comunitarios».
Lo cual incluye ofertas de servicios que fomenten la autonomía personal y retrasen la situación de dependencia; que propicien servicios de soporte domiciliarios, los centros de día y de noche y las residencias de mayores, según los casos. Y, especialmente, que se abogue por integrar a las personas mayores o con algún tipo de dependencia en la comunidad; siendo esta un pilar de apoyo para su salud, protección, calidad de vida y favorecimiento de su participación social.
En cuanto a las residencias que promueven este modelo de atención centrada en la persona, se distinguen por reflejar la diversidad de sus residentes. Dividiendo el centro en unidades de convivencias pequeñas y acogedoras, con habitaciones personalizadas al estilo de cada residente.
Cada ser humano y sus necesidades son el centro fundamental en torno al cual giran los planes de atención y el sistema de cuidados.
Son las personas mayores quienes marcan el ritmo de las rutinas residenciales, y su bienestar, la consigna que siguen los profesionales que les ayudan a mantener una vejez activa y gratificante. Aun cuando se trate de personas con demencias u otras situaciones de dependencia.
LOS DESAFÍOS SOCIALES DE LOS CUIDADOS DE LARGA DURACIÓN
Es obvio que los cuidados de larga duración atañen a diversos grupos etarios, no solo a las personas mayores. Vaya eso por delante. Sin embargo, sucede que el casi el 72 % de las personas mayores de 65 años conforman el grupo de las personas catalogadas como dependientes. Siendo casi el 54 % de los beneficiarios de prestación por dependencia mayores de 80 años.
Entonces, en una sociedad tan longeva, los cuidados de larga duración se vislumbran como una necesidad social inaplazable. Porque es inviable que el peso de los cuidados siga recayendo en las familias. Básicamente por lo complicado que resulta la conciliación laboral y de cuidados reproductivos o porque muchos de los cuidadores informales son otras personas mayores, los cónyuges. Sin duda, es notoria la reducción de la capacidad de cuidado en los hogares actualmente.
Por otra parte, un 25 % de los mayores de 65 años viven solos y carecen de apoyo familiar sustancial. Ello impele a los servicios sociales y otros actores comunitarios y entidades privadas a asumir nuevas responsabilidades en la materia y dar respuestas a las altas demandas de cuidados. No obstante, para potenciar este modelo de cuidados de larga duración de calidad resulta imprescindible que se incremente de forma progresiva los presupuestos dedicados a este grupo poblacional.
Asimismo, cabe no olvidar que la vejez no solo está condicionada por factores individuales y biológicos como la edad, sexo o herencia genética. Sino también por factores sociales y ambientales como los ingresos económicos y la clase social a la que se pertenezca; las redes sociales y familiares de apoyo que se tengan; la adaptabilidad de la vivienda y las barreras arquitectónicas que presenten o no los barrios donde habiten los mayores, etc.
Todo ello confluye en la calidad de vida de las personas mayores y el grado de necesidades de atención sociosanitaria que precisen.
VEJEZ, CALIDAD DE VIDA Y EXCLUSIÓN SOCIAL
De hecho, diversos estudios confirman cómo los bajos ingresos o los bajos niveles de estudios restan años de esperanza de vida. Según un estudio del Instituto Nacional de Estadística (INE) de 2019, entre el barrio más rico de España y el más pobre se produce una diferencia de 6 años de esperanza de vida, a favor de quienes cuentan con mayores ingresos.
Asimismo, el VIII Informe sobre Exclusión y Desarrollo Social en España (2019), corrobora que la relación entre salud o dependencia y exclusión social es bidireccional. Toda vez que las dificultades económicas para acceder a medicamentos, a una alimentación saludable y a servicios sanitarios de calidad están vinculadas con un mayor deterioro de la salud. Y viceversa, padecer enfermedades incapacitantes o situación de dependencia propicia el riesgo de vulnerabilidad socioeconómica y exclusión social.
Así las cosas, se hace necesario considerar las desigualdades sociales para crear un sistema de cuidados y un plan de atención a las personas mayores que dé respuestas a las necesidades de la población geriátrica. Para ello, además de contar con políticas y cobertura pública más sólidas y comprometidas, es preciso contar con la opinión de los propios mayores.
LAS CLAVES PARA UNOS CUIDADOS DE LARGA DURACIÓN EQUITATIVOS
Asimismo, para mejorar servicios de cuidados de larga duración es necesario el compromiso fehaciente de las administraciones y la participación activa de los sectores profesionales, científicos y ciudadanía.
Lo que está claro es que debe apostarse ya por unos cuidados de larga duración que lleguen a toda la población y que velen por la dignidad de las personas mayores o dependientes. Y esta urgencia sociopolítica y socioeconómica viene dada sobre todo por las estimaciones de la OCDE, que auspician una duplicación de la tasa de dependencia en el Estado español en 2060.
De hecho, hoy en día, casi un tercio de la población mayor de 65 años tiene alguna limitación para realizar con fluidez algunas actividades básicas de la vida diaria. Asimismo, más del 17 % de este colectivo presenta niveles altos de dependencia, con mayor prevalencia en personas de bajos ingresos. De los cuales, un 20 % de estos dependientes están desatendidos.
El problema principal reside en que el Estado español descarga el peso de los cuidados prolongados en las familias. Por ende, la solución pasa inevitablemente por que sea el Estado quien se haga responsable de la gestión de estos cuidados. De momento, el Sistema para la Autonomía y la Atención a la Dependencia (SAAD) resulta muy asistencial, por estar destinado principalmente a personas dependientes con bajos ingresos. El resto de las demandas, tratan de cubrirlas los servicios privados y, principalmente, las familias.
LOS CENTROS RESIDENCIALES COMO AGENTES DE CUIDADOS DE LARGA DURACIÓN
En este panorama, los centros residenciales jugamos un papel estelar. Pues ofrecemos un servicio a la comunidad —y en concreto, al colectivo de personas mayores— primordial. De ahí que los profesionales sociosanitarios y especialistas en geriatría y gerontología estamos formándonos y aplicando cambios en nuestros centros constantemente. Todo en pro de adaptarnos a las demandas de la ciudadanía.
Así, ya no solo somos un espacio residencial de cuidados asistenciales. En la actualidad, los centros para mayores:
- Brindamos espacios de inclusión de las diferentes discapacidades.
- Generamos puntos de encuentro para erradicar la soledad de los mayores.
- Fomentamos la prevención de las situaciones de dependencia a través de rutinas saludables.
- Ofrecemos un amplio programa de actividades psicosociales que conjugan acciones terapéuticas o preventivas con diversión, placer, nuevos aprendizajes y desarrollo emocional.
En cuanto al contexto actual de cuidados en el entorno familiar, los centros residenciales intentan dar solución a la sobrecarga de los cuidadores familiares. Ya sea proporcionando diversos tipos de estancias en residencia o centro de día; ya sea como centros concertados que participan en programas de respiro familiar, donde se conceden 15 días de estancia de la persona mayor en una residencia.
La Residencia Otxartaga es un claro ejemplo de este tipo de apoyo institucional a las familias, puesto que somos un centro concertado con la Diputación foral de Bizkaia. Por tanto, participamos en su programa de Respiro al cuidador todo el año; además de ofrecer plazas de estancias diurnas en nuestro centro de día y plazas en nuestra residencia, tanto temporales como permanentes.
LA RESIDENCIA OTXARTAGA IMPLICADA CON LAS NUEVAS PERSPECTIVAS DE CUIDADOS Y ENVEJECIMIENTO
Prueba de nuestro compromiso con los cuidados de larga duración son los cambios recientes hechos en la Residencia Otxartaga implementando unidades de convivencia. Su finalidad es evitar la masificación de nuestro centro, brindando a nuestros residentes un espacio lo más parecido a un hogar y una atención profesional marcada por la familiaridad. Con este tipo de acciones dispensamos una atención centrada en la persona, mucho más personalizada y adecuada a sus auténticos intereses y deseos, y no solo a sus necesidades básicas.
Por lo demás, seguimos promoviendo la máxima autonomía personal y la prevención de situaciones de dependencia con una rutina inspirada en el envejecimiento activo y saludable. Pues, de esta manera, conseguimos que nuestros residentes se sientan más sanos, útiles, comprometidos y enriquezcan su vejez con buenos hábitos y nuevos estímulos o aprendizajes.
Y es que estamos convencidos de que mientras exista motivación y curiosidad, la etapa del envejecimiento puede ser una de las más gratificantes.
Con todo, aún quedan muchos cambios por realizar, según vayan marcando las prospecciones de los cuidados de larga duración. Pero todos ellos serán guiados por las necesidades, los intereses y los derechos de las personas mayores. Porque ahora los cuidados más que asistenciales y sanitarios, destacan por ser cuidados éticos y humanistas, al dar el protagonismo absoluto a los propios adultos mayores.
En este sentido, creemos que la vejez no debe ser entendida como una persona de edad avanzada; por el contrario, es una experiencia de vida sustentada en un proyecto vital previo y en un sentimiento de pertenencia a una familia, un grupo social y una comunidad. Por eso nuestros servicios de atención y cuidados a las personas mayores van encaminados a satisfacer su desarrollo personal y socioafectivo en todo momento.
REFERENCIAS CONSULTADAS
- Asociación Lares (2019). Cuidados de larga duración en Europa 2030. Recuperado de https://bit.ly/3xMGjS2
- Ayuso, M. (2021). Sistemas de cuidado de larga duración en España: ¿de dónde venimos y adónde vamos? Recuperado de https://bit.ly/3zRCgGU
- Banco Interamericano de Desarrollo (2020). Modelo de atención centrado en la persona: algunas experiencias del País Vasco. Recuperado de https://bit.ly/3tPysSA
- Diputación Foral de Bizkaia (s/f). Estancias temporales en residencias para personas mayores dependientes. Recuperado de https://bit.ly/3dj6N4c
- Sánchez Salmerón, V., Pérez Eransus. & Martínez Virto, L. (2019). El modelo español de cuidados de larga duración ante el desafío de la desigualdad. Recuperado de https://bit.ly/3n6OGTD
- Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (2021). Manifiesto por un nuevo modelo de cuidados de larga duración. Recuperado de https://bit.ly/3Ot9NuZ
- Uda Ikastaroak Fundazioa (UIK) (2022). El futuro de los cuidados de larga duración. Recuperado de https://bit.ly/39HCS7m
- Universidad VIU (2017). Atención centrada en la persona: qué es y cómo comenzar a aplicarla. Recuperado de https://bit.ly/3HG0Ps6
Redactora creativa. En la Universidad de Vigo obtuve un título en Economía, en la Escuela Elisava de Barcelona cursé un posgrado en Creatividad y Publicidad, y entre libros y talleres de escritura creativa aprendí a escribir. Trato de enfocarme en lo que marcas y clientes buscan, aportando mi estilo, trato de hacer llegar el mensaje de marcas y clientes a los lectores.
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