Como siempre os recordamos desde nuestro blog y publicaciones, en Residencia Otxartaga defendemos el envejecimiento activo. Incluso en nuestro post anterior, en el que compartíamos con vosotros información sobre la osteoartritis, qué es y las formas de paliar sus síntomas, destacábamos la práctica de ejercicio como una de las principales. Porque envejecer es un proceso consustancial a la vida, tan natural como lo es el de crecer. Y precisamente en estos dos lados del espectro están los protagonistas de nuestro post de hoy, los niños y las personas mayores, y las relaciones intergeneracionales entre ambos grupos.
Contenidos
El vínculo entre niños y mayores
Los niños y los mayores tienen mucho en común, mucho más de lo que a primera vista pueda parecer. Tanto desde el punto de vista biológico como desde el punto de vista social.
Similitudes desde el punto de vista biológico
Desde el punto de vista biológico, lo más inmediato que se nos viene a la cabeza cuando pensamos en qué tienen en común niños y adultos mayores es, en algunos casos, la incapacidad de valerse por sí mismos. Pero no es la única ni la más frecuente.
Veamos con algo más de detalle qué une biológicamente a los niños y a las personas mayores.
- Necesidad de asistencia. Incluso dejando al margen a los bebés y a los adultos totalmente dependientes, los niños y los ancianos a menudo precisan de cierta supervisión o asistencia a la hora de realizar sus actividades diarias. Ya sea para vestirse, preparar sus comidas, realizar las tareas domésticas, desplazarse, cuidar de su higiene personal o seguir indicaciones médicas a menudo necesitan ayuda.
- Pérdida de control emocional. Tanto los niños como los mayores pueden mostrar a menudo reacciones que a los demás pueden parecernos exageradas o desproporcionadas ante situaciones cotidianas o estresantes. Pueden enfadarse, sentirse frustrados o incluso llorar con más facilidad con respecto a lo que solían hacerlo antes. O incluso experimentar ansiedad y preocupación por motivos que para los demás pueden resultar injustificados.
- Déficit cognitivo. Los niños y los ancianos experimentan cambios cognitivos a lo largo de estas etapas de su vida. En el caso de los niños, las capacidades cognitivas son limitadas, pero van aumentando a medida que van creciendo y madurando sus cerebros. Es, por tanto, una etapa natural de su proceso de desarrollo. En el caso de los ancianos, por el contrario, el déficit cognitivo puede tener dos explicaciones. Por un lado puede puede deberse a una disminución gradual de capacidades como la velocidad de procesamiento de la información, de la memoria a corto plazo o de la concentración. Pero puede ser también sinónimo de una enfermedad.
Históricamente, los niños y los mayores siempre han sido dos grupos que se han visto desplazados de la sociedad. Aunque hoy en día pueda parecernos sorprendente, hace no tanto tiempo que tanto unos como otros sufrían cierto grado de desplazamiento o marginación. Esto era así por razones como las que siguen:
- Motivos económicos. En épocas y en las que los recursos eran limitados para la mayoría de familias, la supervivencia era una prioridad. En este contexto, los ancianos, al no ser capaces de contribuir al trabajo productivo, podían ser vistos como una carga. También los niños, que empezaban a trabajar a edades muy tempranas por las mismas razones.
- Motivos demográficos. En el pasado, las creencias religiosas y la alta mortalidad llevaba a las familias en muchos casos a tener numerosa descendencia. Por este motivo, y pese a las defunciones, el elevado número de niños hacía que no se les viera como un valor preciado. A diferencia de lo que ocurre en nuestra sociedad actual, marcada por una natalidad muy baja.
- Ausencia o escasez de educación e información. La falta de conocimiento y educación sobre el desarrollo infantil y el envejecimiento podría haber contribuido asimismo a la falta de apoyo y comprensión hacia estas etapas de la vida.
Es, por tanto, en estas similitudes donde ambos grupos de edad de encuentran y entienden, y desde nuestra posición no podemos sino favorecer que estos encuentros se produzcan. Ya sea a través de actividades intergeneracionales o de simples visitas de familiares o personas cercanas a los mayores que viven con nosotros.
Relaciones intergeneracionales entre niños y mayores
Existen numerosos estudios que prueban los beneficios de las actividades en las cuales participan conjuntamente niños y ancianos. Tanto para unos como para otros. Desde talleres de música hasta grupos de teatro, pasando por clubes de lectura o talleres de pintura, las aficiones se convierten acaban generando verdaderos vínculos.
Sin embargo, no hace falta desarrollar complejos programas para favorecer que se creen estos vínculos. En Residencia Otxartaga lo sabemos bien, y por eso aprovechamos estos días en que los más pequeños están de vacaciones para invitarlos a sumarse a la tarea de preparar las fiestas de Bilbao con nuestros mayores en una de sus sesiones de laborterapia. Juntos pintaron, dibujaron y nuestras dos invitadas, Alexia y su amiga, obsequiaron con algunas chucherías a nuestros mayores, con las cuales, como no podía ser de otro modo, iluminaron los rostros de nuestros mayores. Y también los nuestros, al verlos disfrutar de su compañía mutua.
La complicidad de lo inesperado
No deja de sorprendernos, incluso a nosotros, que hemos sido testigos de estos encuentros y actividades en numerosas ocasiones, la confianza que se establece entre los niños que nos visitan y los mayores que residen o pasan el día en Residencia Otxartaga. Incluso aunque no les una ningún vínculo familiar, la comunicación entre ellos va desde cómplices miradas hasta chistes y bromas, pasando por canciones que han conseguido sobrevivir a las generaciones que los separan. Y que seguro seguirán sobreviviendo a muchas que vendrán.
Desde nuestra experiencia se nos ocurren otras razones para esta conexión, como la abundancia de tiempo de la que los adultos siempre parecemos carecer. O de la falta de vergüenza que a muchos nos hace refrenarnos. Aunque tampoco importa. Porque hay cosas que no pueden explicar la biología ni la sociología, motivos que trascienden lo intelectual o incluso lo racional. Y en Residencia Otxartaga preferimos disfrutar de esa pequeña magia que nos conecta como personas y nos anima a abrirnos y disfrutar más de los pequeños momentos de felicidad que nos da la vida.
Referencias consultadas
- Gutiérrez Sánchez, M. (2012). Importancia de las relaciones intergeneracionales. Recuperado de https://bit.ly/44SitDV
- Fariña López, E. et al. (2007). Proyecto de intercambio generacional: Aprendamos juntos. Recuperado de https://bit.ly/47dqdSI
- Legado Solidario UNICEF (2021). Similitudes y diferencias entre niños y adultos. Recuperado de https://bit.ly/47ntfDY
- La Tercera Edad (s/f). Semejanzas entre ancianos y niños. Recuperado de https://bit.ly/3DyFm3c
Redactora creativa. En la Universidad de Vigo obtuve un título en Economía, en la Escuela Elisava de Barcelona cursé un posgrado en Creatividad y Publicidad, y entre libros y talleres de escritura creativa aprendí a escribir. Trato de enfocarme en lo que marcas y clientes buscan, aportando mi estilo, trato de hacer llegar el mensaje de marcas y clientes a los lectores.
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