
No saber dónde uno se encuentra, desconocer qué día es o incluso quién es uno mismo. La desorientación en personas mayores es un fenómeno relativamente frecuente en determinadas circunstancias.
Aunque su origen puede estar en una causa concreta, en ocasiones de gravedad, en otros casos es debida a múltiples factores.
Contenidos
Causas de la desorientación en personas mayores
Estas son algunas de las causas que motivan la desorientación en personas mayores:
Efectos secundarios de medicamentos
La desorientación es uno de los riesgos más frecuentes de la polifarmacia, fenómeno que se produce más comúnmente entre ancianos. Aunque no hay una cifra concreta a partir de la cual un paciente se considera polimedicado, no es infrecuente que un mayor adulto que precisa de 5 o más medicamentos, sean o no con receta, para tratar varias enfermedades pueda desorientarse por algún efecto secundario o como consecuencia de la interacción entre varios de ellos.
Cambios emocionales o ambientales
La pérdida de un ser querido o los cambios de entorno pueden producir desorientación en nuestros mayores. Seguro que en más de una ocasión hemos oído o experimentado de forma directa a través de un ser querido la confusión que se produce en un anciano hospitalizado. Esta se produce por la falta de la familiaridad con el personal médico, por la presencia intermitente de los seres queridos o por el estrés y la ansiedad generados por los ruidos, las luces brillantes, los cambios de rutinas y los lugares desconocidos.
Dolor
Un alto porcentaje de los ancianos están ingresados en hospitales por caídas, alguna de las cuales se traducen en rotura de huesos como la cadera o la pelvis. Estas lesiones son graves, y los medicamentos solo alivian parte del dolor, por lo que este puede provocar desorientación en algunos pacientes.
Trastornos del sueño
Las alteraciones en la profundidad del sueño, la dificultad para conciliarlo o la tendencia a que se interrumpa pueden llegar afectar a la orientación de cualquier persona. Este efecto es aún mayor en el caso de las personas mayores, debido a la mayor fragmentación del sueño, la disminución del sueño profundo y demás cambios fisiológicos que tienen lugar como consecuencia del envejecimiento de la persona.
Problemas sensoriales
Con la edad, los sentidos empeoran. La audición, así como la vista y la memoria, por mencionar los más comunes, pierden su agudeza. Como consecuencia, se produce una mayor dificultad a la hora de recibir instrucciones, mantener con fluidez una conversación o simplemente reconocer el entorno, lo que redunda en una sensación de confusión que puede llevar añadida la desorientación.

Enfermedades neurodegenerativas
Las patologías neurodegenerativas más comunes suelen causar desorientación en los pacientes. Enfermedades como el alzhéimer, la demencia con cuerpos de Lewy o la demencia vascular a menudo provocan desorientación a quienes las padecen. Esto es debido a que dichas patologías afectan no solo a la memoria, sino a la capacidad tanto de razonar como de reconocer lugares y personas familiares.
Cómo mitigar la desorientación en personas mayores
Si la desorientación se debe a alguna causa pasajera, esta debería remitir cuando se interrumpa la administración del medicamento, el anciano se adapte a su nueva situación emocional, mejoren sus problemas sensoriales o sus trastornos del sueño. También cuando se recupere de la lesión que originara su dolor. Sin embargo, en casos de patologías neurodegenerativas, la respuesta es más lenta y con carácter paliativo. No obstante, existen modos de reducir los efectos que la enfermedad provoca en la orientación de nuestros mayores.
Terapia de orientación a la realidad
La terapia de orientación a la realidad consiste en un conjunto de técnicas y herramientas destinadas a mejorar la vida de pacientes de enfermedades neurodegenerativas. Con esta terapia, que tiene lugar mayormente en grupo, se busca reducir los síntomas de estas enfermedades relacionados con la orientación y la conexión con la realidad:
- A través de la repetición, proporcionar información con respecto a las personas, así como al tiempo y al espacio.
- Estimular la comunicación y las relaciones interpersonales, además de prevenir el aislamiento social.
- Reforzar la memoria a largo plazo.
- Establecer estructuras diarias que contribuyan a mejorar el sentido del orden y de la comprensión de la situación actual del adulto mayor.
- Adaptar al enfermo a su situación actual, la cual irá variando irremediablemente a lo largo del tiempo.

La terapia de orientación a la realidad se compone de varios pasos, y ahora que empieza la primavera es conveniente animar a que nuestros mayores con problemas de orientación realicen algún tipo de actividad o terapia como esta. Los pasos que normalmente la conforman son los siguientes:
- Saludo y presentación: aunque pueda parecer un asunto baladí, esta toma de contacto es fundamental dentro de la terapia de orientación a la realidad.
- Identificación: saber quiénes conforman el grupo y quiénes faltan en el mismo.
- Orientación temporal: determinar el día de la semana o el mes en que tiene lugar la reunión.
- Orientación espacial: delimitar en qué tipo de sala y en qué ubicación se encuentra el grupo.
- Recordar actividades diarias y cotidianas.
- Ejercicios relativos a la retención, la estimulación, la atención y la orientación.
- Recuerdo de la orientación espacial y de la orientación temporal.
- Recordatorio de la próxima sesión y despedida.
La clave de un diagnóstico temprano es la observación
Como decíamos al principio, la desorientación en ancianos puede constituir en síntoma de una enfermedad grave. Determinarlo es tarea de los médicos especialistas, quienes deberán valorar si se trata de un episodio pasajero motivado por circunstancias puntuales o si es preciso un examen más profundo para diagnosticar una posible enfermedad. Sin embargo, está en nuestra mano prestar atención a los detalles en el comportamiento de nuestros mayores, detalles que pueden dar la voz de alarma cuando estos despistes se convierten en conductas preocupantes.
En residencia Otxartaga no solo dispensamos atención a las necesidades físicas y emocionales de nuestros mayores, sino que atendemos a los posibles cambios que puedan producirse en el comportamiento de los adultos mayores de nuestro centro. Solo así podremos anticiparnos a posibles enfermedades y buscar el mejor modo de enfrentarnos a ellas.
Referencias consultadas
- Chuquimia Zárate, L. D. y Vargas Flores, T. C. (2013). Trastornos del sueño. Recuperado de https://bit.ly/3MFt12Z
- Guijarro Delgado, V. et ál. (2015). Manejo y resultados de la terapia de orientación a la realidad. Recuperado de https://bit.ly/403LOrY
- Jara Madrigal, M. (s/f). La estimulación cognitiva en personas adultas mayores. Recuperado de https://bit.ly/416dH3V

Redactora creativa. En la Universidad de Vigo obtuve un título en Economía, en la Escuela Elisava de Barcelona cursé un posgrado en Creatividad y Publicidad, y entre libros y talleres de escritura creativa aprendí a escribir. Trato de enfocarme en lo que marcas y clientes buscan, aportando mi estilo, trato de hacer llegar el mensaje de marcas y clientes a los lectores.
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